Guerlain – Eau de Toilette La Petite Robe Noire 50 ml Guerlain.

Para la ocasión, me he engalanado con un nuevo modelo, un vestido de leve gasa que te deslumbrará. Y notarás en mi estela algo especial, un no sé qué, un aroma deliciosamente fresco, luminoso y travieso. En la transformación de Eau de Parfum a Eau de Toilette, me he reinventado: familiar y, sin embargo, absolutamente única. Soy una caja de sorpresas. Y éste es uno de mis secretos para embelesarte por siempre. La velada comienza, mi vestido ligero revolotea de impaciencia. Este enigmático momento del día me inspira y me llena de emoción. La ciudad de la luz es mi terreno de juego. Chasqueo los dedos y empieza la fiesta: la ciudad se transforma en un lugar de ensueño. Ale hop, me lanzo a esta centelleante pista de baile, alternando ritmos y ambiente. ¡Qué comience el espectáculo!. Bailo en cada monumento. Me columpio infatigable bajo el Arco del Triunfo que se transforma en Juke Box. Un vals con mi pareja en el Pont des Arts, el escondite perfecto para las citas románticas. Un endiablado rock con las chicas, rayando los vinilos con los tacones de aguja. Y frente a las banderolas y banderines, ¡mi vestido incluso se mueve al ritmo del acordeón! Tienes que admitir que mis. arrebatos de entusiasmo son alentadores. Pero, por encima de todo, la estela de mi irresistible y elegante fragancia te. fascina y te arrastra en un torbellino estrellado, refinado y despreocupado. ¿Pierdes la cabeza?. ‘A party in Paris’.. ¡la velada perfecta! Acércate y baila conmigo. Cuando estés cerca de mí y respires mi aroma, no. podrás resistir la tentación. Mi frasco de cristal permanece intacto. Los mismos hombros redondeados y el mismo tapón en forma de corazón invertido. Pero su transparencia cristalina toma un delicado tono rosa empolvado y presenta estampada la silueta de un sofisticado vestido escotado ajustado en la cintura por un fino cinturón rosa. En esta versión Eau de Toilette, me engalana con un encaje de flores frescas y románticas, bordado con notas chispeantes. y afrutadas. El primer arabesco es un manojo de flores frescas. Este ramo de rosas, jazmín y azahar, recogido al amanecer, desprende una fragancia delicada, ligera y deliciosamente femenina. Sabrosas frutas aparecen sigilosamente. Cereza carnosa y muy jugosa, manzana y grosella negra entran en escena, refrescadas aún por una lluvia de notas verdes brillantes y chispeantes, como bañadas por el rocío. Por último, se desvelan sutilmente las tentadoras notas del ámbar blanco. Un manto de tersas, sedosas e inmaculadas notas de almizcle lo envuelve todo en un mullido halo.

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